¿CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS A EVANGELIZAR? En la lección anterior comencé a explicar las cuatro formas con las que se puede ayudar a Jesús. La primera era ay...
El nacimiento de Jesús fue un gran acto de amor que hizo por el hombre, ya que por haber nacido por amor al hombre puede también morir por amor al hombre, es decir que entrega su vida por amor.
Como Dios Él se podía haber permitido el lujo de haber nacido en un palacio, pero sin embargo eligió nacer en una cueva.
No todos los hombres nacen en cuevas, pero algunos no tienen ni siquiera eso.
Por eso Cristo eligió nacer en un humilde pesebre, para que ningún hombre pudiera echarle en cara a Jesús que por ser Dios no sabe lo que es realmente sufrir y ser pobre.
También podía haber elegido vivir en un hogar muy lujoso y sin embargo prefirió vivir en el hogar de un humilde artesano, el de su papá José.
Jesús eligió la humildad ante todo para que nosotros pudiéramos identificarnos con Él.
Si hubiera elegido lo mejor de lo mejor, nosotros no lo sentiríamos ni lo veríamos como un igual.
Y como hombre, también debía morir, pues la vida tiene siempre un final y ese final es la muerte.
Y para poder ser un auténtico ser humano, Jesús murió.
Como Dios podía haber elegido morir plácidamente, rodeado de sus amigos y seres queridos.
Y por supuesto podía haber elegido morir sin ningún tipo de dolor ni sufrimiento.
Debemos reconocer que muchas personas mueren así, pero lamentablemente otras no, pues son asesinadas, torturadas, o sufren de alguna cruel enfermedad.
Por eso murió en la Cruz, eligió morir sufriendo y padeciendo, sin ningún tipo de comodidades, como tantos otros seres.
Y esto lo hizo para que ninguna persona del mundo pudiera decir que Jesucristo no tenía ni idea de lo que era sentir angustia, miedo, dolores en el cuerpo, o sufrir la traición, la decepción y el fracaso.
De este modo la muerte en la Cruz, al igual que el nacimiento en la cueva, tuvieron como único objetivo demostrar la grandeza de su amor.
Por eso tanto amó Dios al mundo, que entregó a su único Hijo para la redención del mundo.
Él podía haberse ahorrado esa muerte tan horrible, pero la aceptó por amor y para que nos diéramos cuenta de lo mucho que nos amaba.
Debemos siempre agradecer a Dios que haya sufrido y muerto crucificado por nosotros.
Y nunca olvidar cuanto nos cuesta aguantar un dolor físico como para poder darnos cuenta de todo lo que debe haber sentido Cristo para poder soportar los padecimientos de la Cruz.
Por eso, como propósito, si queremos a Jesús, no podemos nunca dejar de darle gracias por lo que hizo por nosotros y ofrecerle nuestro corazón y todas nuestras buenas obras como agradecimiento.
Hoy es :
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Todas las lecciones de "Catequesis para niños católicos" están fielmente basadas en autores reconocidos por la Iglesia Católica Apostólica Romana.
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Creado por Cintia el 16 de Marzo 2018
Rediseñado 31/10/22