¿CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS A EVANGELIZAR? En la lección anterior comencé a explicar las cuatro formas con las que se puede ayudar a Jesús. La primera era ay...
Cristo nace por amor y muere por amor porque todo en Él es amor, porque Él es Dios, al igual que el Padre.
Pero no toda la vida de Jesús quedó reducida sólo a nacer y a morir por amor.
El Señor hizo otra cosa por nosotros que es sumamente importante y que también es fruto de su amor: Jesús resucitó por nosotros.
La resurrección fue un gran acto de amor, porque a través de su muerte y resurrección nos enseña que la muerte no es el final del hombre.
Al resucitar Jesucristo nos enseña que sigue habiendo vida después de la vida en la tierra.
Por eso los católicos podemos tener la firme esperanza que después de morir vamos a poder encontrarnos con nuestros familiares que han muerto.
Y no sólo eso, sino que también nosotros, cuando dejemos esta tierra, seguiremos viviendo.
Esta es la promesa de vida eterna que nos dio Jesús.
Jesús nos enseña que la muerte no es lo peor que nos puede pasar, sino que lo peor es traicionar a nuestros propios ideales.
El hombre hubiera ignorado todo lo que tiene que ver con la vida eterna si Él no hubiera resucitado, por eso Jesús resucitó para que estuviéramos seguros de que la vida eterna existe.
Además, con la resurrección, nosotros no tenemos oportunidad para dudar de que el bien siempre es más fuerte que el mal.
El mal gana muchas batallas, pero nunca la guerra.
Lo que sí, debemos tener siempre presente, que a Jesús le costó muy caro darnos esta enseñanza y dejarnos esta gran esperanza, pues tuvo que pagar un elevado precio: primero tuvo que morir (y con muerte de tortura), para luego poder resucitar.
Nunca debemos olvidar que Jesucristo nos ama, y por eso nació por amor, murió por amor y resucitó por amor.
Por lo tanto podemos vivir tranquilos sabiendo que no es nada desesperante morir, y que no desaparecemos cuando morimos, si sabemos que hay vida después de la vida.
Cuando estemos frente a Jesús en el Sagrario o ante la Cruz o una imagen, no olvidemos nunca agradecer a Dios el precio que pagó para poder resucitar, y por su resurrección, porque ella nos da la plena certeza de que la vida eterna existe y que el bien es más fuerte que el mal.
Como agradecimiento podemos ofrecerle nuestro amor y el deseo y firme propósito de no ofenderle con nuestros pecados, algo que haría a Jesús muy feliz.
Si nos mantenemos limpios de pecado y en gracia de Dios podemos estar seguros que cuando dejemos este mundo podremos seguir viviendo en el Cielo junto a Jesús y la Virgen María.
Hoy es :
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Todas las lecciones de "Catequesis para niños católicos" están fielmente basadas en autores reconocidos por la Iglesia Católica Apostólica Romana.
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Creado por Cintia el 16 de Marzo 2018
Rediseñado 31/10/22