LA VISITA DE LOS REYES MAGOS AL NIÑO JESÚS Al tiempo de nacer el Salvador, una estrella extraordinaria se apareció en Oriente. Unos príncipes, conocidos co...
En esta parte de la historia, nos enfocamos en el Edicto de Milán y su impacto en la Iglesia Católica.
Con la llegada de Constantino al poder, el cristianismo comenzó a recibir el reconocimiento que merecía, lo que permitió la construcción de iglesias y la distribución de bienes a los cristianos. Sin embargo, este nuevo tiempo de paz trajo consigo el surgimiento de preocupaciones, como fueron las herejías que comenzaron a surgir en la Iglesia, poniendo a prueba la fe de muchos.
Las luchas doctrinales que siguieron pusieron en riesgo la unidad de los creyentes y destacaron la necesidad de una sólida formación en la fe para todos los cristianos.
Desde el día en que Constantino entró triunfante en Roma, la Cruz fue el remate de su corona y del Capitolio. Hizo construir iglesias en Roma, Constantinopla y Jerusalén, decorándolas magníficamente.
Colmó de honores a los ministros del Señor, y queriendo que el Vicario de Cristo tuviera una digna morada, entregó a los Papas el palacio de Letrán.
Por deferencia al Romano Pontífice, trasladó la capital del imperio a Bizancio, que luego se llamó Constantinopolis.
Además, envió misioneros a los pueblos bárbaros que le estaban sumisos, para convertirlos al cristianismo.
Finalmente, en el año 313 publicó Constantino el famoso Edicto de Milán que fue recibido con inmensa alegría en todo el imperio, pues por él los cristianos podían ejercer libremente su culto, a la par de los gentiles, y se les devolvían los templos y bienes de que habían sido despojados.
El Edicto de Milán, de este modo, puso término a las persecuciones y dio oficial y solemnemente paz a la Iglesia.
Pero lamentablemente apenas terminaron las persecuciones, aparecieron otros enemigos más temibles que los emperadores romanos: los herejes.
Los herejes eran personas que con sus errores doctrinales turbaron la paz de la Iglesia y le causaron mayores daños que las más sangrientas persecuciones.
Los errores, es decir las herejías, fueron abundantes y de todo tipo, por ejemplo decían que Dios era una cosa y el creador del mundo era otra; que Jesucristo no tenía un verdadero cuerpo, sino que un cuerpo aparente; que las personas eran buenas o malas según los dominaran el espíritu del bien o del mal; que Jesús no era hijo de Dios; que el Espíritu Santo no era divino, etcétera.
Esta semana, investiga sobre un santo o figura importante que haya defendido la fe católica contra las herejías. Comparte lo que aprendiste con tus amigos o familiares, destacando la importancia de mantenerse firme en la fe y conocer lo que realmente creemos.
La Divina Misericordia de Dios
FIABILIDAD DEL CONTENIDO
Todas las lecciones de "Catequesis para niños católicos" están fielmente basadas en el Catecismo de la Iglesia Católica y en libros de autores reconocidos por la Iglesia Católica Apostólica Romana. Si bien yo lo redacto, nada es idea u opinión mía
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