¿CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS A EVANGELIZAR? En la lección anterior comencé a explicar las cuatro formas con las que se puede ayudar a Jesús. La primera era ay...
PARA REALIZAR UNA CONFESIÓN CATÓLICA
Para una confesión bien hecha son indispensables cinco pasos:
exámen de conciencia
dolor sincero de los pecados
propósito firme de enmienda
confesar todos los pecados
cumplir la penitencia impuesta por el confesor
El exámen de conciencia significa procurar recordar los pecados que uno haya hecho. Es muy útil recorrer cada uno de los siete pecados capitales como para estar seguros que no dejamos ninguno de lado.
El dolor sincero de los pecados significa arrepentirse de todo corazón de haberlos cometido. Esta es una condición indispensable ya que sin arrepentimiento no hay buena confesión, pues no tendría sentido pedir perdón por algo que seguimos disfrutando de haberlo hecho.
El arrepentimiento por los pecados cometidos es importante porque hemos ofendido a Dios que sólo quiere nuestro bien. Además es importante por nosotros mismos para poder evitar el infierno y tener la esperanza del Cielo.
El dolor por el pecado cometido puede ser de dos modos: dolor de contrición o perfecto, y dolor de atrición o imperfecto.
El dolor perfecto o de contrición es un pesar de haber ofendido a Dios por ser bueno y digno de ser amado, es decir es un dolor que se siente por puro amor a Dios, del mismo modo que nos sentiríamos muy mal por haber hecho llorar a nuestra madre por un daño que hicimos.
El dolor imperfecto o de atrición es un pesar de haber ofendido a Dios, pero no por su bondad, sino que por el temor de sus castigos, es decir que es un dolor que se siente por puro miedo a Dios, del mismo modo que nos sentiríamos muy asustados de pensar que castigo nos va a dar nuestra madre por el daño que hicimos.
El propósito firme de enmienda consiste en una determinada voluntad de nunca jamás pecar. Podemos caer nuevamente en el mismo pecado, pero lo importante es querer corregirlo y enojarnos con nosotros mismos por volverlo a cometer.
Se puede confesar infinitas veces un pecado, siempre y cuando estemos haciendo todo el esfuerzo por evitarlo y su gravedad cada vez sea menor.
Confesar todos los pecados significa confesar todos aquellos que recordemos y de los que estemos conscientes que hemos obrado mal. Los pecados veniales, si bien son buenos confesarlos para estar siempre en gracia de Dios y con el alma bien limpia, no son obligación. En cambio, los pecados mortales son indispensables confesarlos lo más rápido posible para cambiar nuestro ticket asegurado al infierno por el del Cielo.
Si se calla voluntariamente un pecado mortal en la confesión, se comete un pecado gravísimo, llamado sacrilegio. Si se olvida involuntariamente, simplemente se hace otra confesión.
Cumplir la penitencia impuesta por el confesor significa que para que nuestra confesión sea completa debemos realizar lo que el sacerdote nos pida, siempre y cuando sea razonable y posible de hacerlo, sino se le aclara allí mismo al confesor que no vamos a poder realizar esa penitencia y si es posible darnos otra.
La penitencia en la gran mayoría de los casos, siempre que no sea un pecado muy grave, consiste en una oración del Padre Nuestro, Avemaría, rezar un Rosario, etcétera.
El acto de cumplir la penitencia es llamado satisfacción de obra.
Hoy es :
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Todas las lecciones de "Catequesis para niños católicos" están fielmente basadas en autores reconocidos por la Iglesia Católica Apostólica Romana.
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Creado por Cintia el 16 de Marzo 2018
Rediseñado 31/10/22