¿CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS A EVANGELIZAR? En la lección anterior comencé a explicar las cuatro formas con las que se puede ayudar a Jesús. La primera era ay...
Continúo en esta lección con la comparación entre la Santísima Trinidad y la familia.
El amor que el Padre tiene al Hijo y al Espíritu Santo, el que el Hijo tiene al Padre y al Espíritu y el que el Espíritu tiene a las otras dos personas divinas, es el verdadero amor que tenemos que tomar nosotros como ejemplo.
El verdadero amor consiste en dos cosas:
pensar en el otro antes que en uno mismo
buscar la felicidad del otro antes que la propia.
Si no tiene esas dos características, no es amor verdadero y profundo.
Ese amor es el único que puede llevar a dar la vida por el otro, como por ejemplo lo hizo Jesús con nosotros, o el Padre, entregando a su propio Hijo para salvar a los seres humanos.
Y sin llegar a casos extremos, ese amor es el que hace que una madre (o el que se encargue del hogar) se levante primero y se acueste última en la casa, piense en sus hijos antes que ella, o que los padres trabajen más de lo que les corresponda para que los hijos tengan todo lo necesario para vivir.
Si bien los padres ayudan a sus hijos trabajando para poder tener dinero para alimentarlos y pagarles sus estudios, los pequeños deben entender que si bien no pueden ayudar a sus padres con dinero porque no tienen la edad suficiente para trabajar, en cambio los pueden ayudar haciendo otras cosas.
Lo más importante que puede hacer un hijo para darle felicidad a sus padres es estudiar, por eso si nunca fallan en los estudios, siempre se sacan buenas notas y no fracasan en ninguna asignatura, ya están ayudando en el hogar, porque no les está trayendo problemas ni tristezas a sus padres.
También ayudan haciendo tareas en el hogar como mantener su propio cuarto arreglado y limpio, barrer, no tirar la ropa sucia por allí y ponerla en su lugar, levantar los platos sucios de la mesa, no buscarle pelea a los hermanos, ayudar a los que son más pequeños etc.
Pero hay algo más importante aún que hacer estas cosas, y es que hay que hacerlas con alegría y amor, sabiendo que se está haciendo algo por el otro, el cual va a estar agradecido y se va a sentir feliz.
Si se hace refunfuñando y con fastidio, ya no tiene valor ni sentido, eso ya no es amor, es hacer una tarea por obligación sin considerar que está ayudando o haciendo feliz al otro
Que aprenda que en las tareas simples, que aparentemente no significan nada, también hay amor si se hacen para y por el otro, por ejemplo: dejar la última porción de comida para otro familiar, no elegir la porción de pizza más grande, sustituir el papel higiénico si lo terminó o está a punto de acabarse, etc., etc.
Que ya empiece esta semana a ponerlo en práctica
Agradecer por lo que el otro nos da
(a construirse)
Hoy es :
FIABILIDAD DEL CONTENIDO
Todas las lecciones de "Catequesis para niños católicos" están fielmente basadas en autores reconocidos por la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Los anuncios son puestos en forma aleatoria y automática. Si bien uso filtros para evitar todos los que son inapropiados o contrarios a la fe católica, varios pueden evadirlos
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Creado por Cintia el 16 de Marzo 2018
Rediseñado 31/10/22