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Continuando con las características de la ética cristiana, en esta lección hablaremos del perdón.
Nuestro Señor Jesucristo dio enseñanzas sobre el perdón en muchas ocasiones, lo puso en práctica en muchas otras y, sobre todo en la Cruz, nos dio una gran lección de hasta qué punto debemos los cristianos estar dispuestos a llegar en la práctica del perdón y en el amor al enemigo.
El perdón es un aspecto distintivo de la ética cristiana.
En perdón tiene dos facetas, una es de ida y tiene que ver con el perdón que se da, y la otra faceta es de vuelta que tiene que ver con el perdón que se pide, y ambas dimensiones están unidas.
Nuestro Señor así nos lo enseñó con el rezo del "Padrenuestro" cuando decimos
"Perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden"
El perdón que se pide lo recibiremos si damos el perdón a quien nos lo pide.
Por lo general es muy difícil dar ese perdón, pero en otras ocasiones lo verdaderamente difícil es pedirlo.
Para pedir perdón hace falta ante todo honestidad, pues debemos tomar conciencia de que nos hemos equivocado.
Y además de la honestidad también es necesaria la humildad, pues debemos exponer ante el otro nuestro error, y no sólo eso, sino que también algo fundamental que es nuestro arrepentimiento.
También hace falta tener el propósito firme y serio de corregir aquello que hicimos mal, aunque luego no logremos cumplir ese propósito como hubiéramos querido.
Mientras que para pedir perdón necesitamos honestidad, humildad, y propósito de enmienda, para perdonar lo que hace falta es una gran generosidad.
Además debemos ser conscientes de que no somos perfectos y que nosotros también nos equivocamos y, por lo tanto, también nosotros necesitamos que nos perdonen.
Y del mismo modo que como cuando nosotros pedimos perdón debemos hacerlo con propósito de enmienda, también al perdonar debemos pedirle al prójimo que solicita nuestro perdón que tenga el propósito de corregir su error.
Es de buena persona y de buen cristiano entregar el perdón de forma inmediata, incluso antes de que el otro lo pida.
De este modo no habrá rencor en nuestro corazón, un sentimiento que es como un veneno.
Para que el perdón llegue a nuestro prójimo es necesario que la persona cumpla las siguientes tres condiciones:
que reconozca su error
que esté arrepentida
que tenga el propósito de enmienda.
Si estas tres condiciones no se dan en el otro, aunque en tu corazón ya hayas perdonado a esa persona, lamentablemente tu perdón no puede llegar a ella, porque esa persona misma lo impide.
Y eso ya no es culpa tuya sino del otro. Vos ya cumpliste entregando el perdón.
A partir de ahora no olvidar jamás las características fundamentales para pedir perdón y para perdonar.
Pedir perdón con humildad y con sincero arrepentimiento.
Perdonar con generosidad y prudencia
Y evitar que la acción de perdonar se vuelva en contra del que perdona debido al abuso del perdón que puede hacer el perdonado.
Hoy es :
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Todas las lecciones de "Catequesis para niños católicos" están fielmente basadas en autores reconocidos por la Iglesia Católica Apostólica Romana.
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Creado por Cintia el 16 de Marzo 2018
Rediseñado 31/10/22