LA VISITA DE LOS REYES MAGOS AL NIÑO JESÚS Al tiempo de nacer el Salvador, una estrella extraordinaria se apareció en Oriente. Unos príncipes, conocidos co...
Al tiempo de nacer el Salvador, una estrella extraordinaria se apareció en Oriente.
Unos príncipes, conocidos con el nombre de Magos, guiados por esa estrella, llegaron a Jerusalén preguntando si alguien sabía dónde estaba el Rey de los judíos que recién había nacido, porque habían visto su estrella en el Oriente y habían venido para adorarle.
Ellos se llamaban Gaspar, Melchor y Baltasar.
Oyendo esto, el rey Herodes se turbó y con él toda Jerusalén. Pero disimuló su enojo y envidia y reunió a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas. Por ellos supo que el Mesías debía nacer en Belén.
Entonces Herodes encaminó a los Magos a Belén, diciéndoles que fueran y averiguaran bien lo de ese niño y que cuando lo hallaran se lo hicieran saber para que él mismo en persona pudiera ir a adorarlo.
Luego de haber oído estas palabras del rey, los Magos partieron tranquilos hacia Belén.
La estrella que ellos habían visto en Oriente, la cual actualmente conocemos como la Estrella de Belén, iba delante de ellos, hasta que, llegando sobre el sitio en que estaba el Niño Jesús se paró.
Entrando entonces al lugar, encontraron al Niño con María, su madre, y con José, su padre adoptivo, y postrándose allí mismo lo adoraron.
Los Reyes Magos no habían llegado con las manos vacías, habían traído regalos para el Rey de los judíos. Allí mismo abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra.
Luego los Magos volvieron a su país, pero no pasaron por Jerusalén tal como se los había pedido el rey Herodes, ya que habían recibido un aviso del cielo el cual les indicaba que no debían volver a esa ciudad para hablar con el rey.
La historia de los Reyes Magos ejemplifica la búsqueda sincera de la verdad y la voluntad de Dios. Al seguir la estrella que los guió hasta Belén, estos sabios nos enseñan la importancia de buscar la luz divina en nuestras vidas. Su viaje nos recuerda que, independientemente de cuán lejos parezca el camino, siempre hay una dirección hacia la verdadera esperanza y redención. Al igual que los Reyes Magos, nosotros también estamos llamados a acercarnos a Cristo con corazones abiertos, dispuestos a ofrecer nuestras propias vidas como un regalo de amor y servicio.
La visita de los Reyes Magos es un recordatorio del reconocimiento y adoración del Salvador por las naciones, simbolizando que Jesús vino a redimir a toda la humanidad.
Los regalos de los Reyes Magos: oro, incienso y mirra, tienen un profundo significado:
el oro representa la realeza de Cristo
el incienso simboliza su divinidad
la mirra prefigura su pasión y muerte
La entrega de estos regalos es un acto de veneración que pone de relieve la importancia de reconocer a Jesús no solo como el niño que nace, sino también como el Rey y Salvador del mundo. Cada uno de estos dones, con su simbolismo profundo, revela una parte integral de la misión de Cristo en la Tierra. Al ofrecer oro, incienso y mirra, los Reyes Magos no solo muestran su respeto, sino que también nos invitan a meditar sobre quién es Jesús y lo que representa para toda la humanidad.
Tu propósito semanal es reflexionar sobre el significado de los regalos de los Reyes Magos y cómo nosotros también podemos ofrecerle a Jesús nuestros talentos y virtudes.
Considera realizar un acto de generosidad hacia alguien en necesidad, así como los Magos llevaron regalos al Niño Jesús. Además, comparte esta historia con tu familia y amigos.
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