Explicaciones fáciles para conocer la Iglesia Católica Apostólica Romana
La última parte que encontramos en los Evangelios sobre la primera infancia de Jesús tiene que ver con la huída precipitada que tuvo que emprender la Sagrada Familia a Egipto para que Jesús no fuera víctima de Herodes.
Luego de los momentos difíciles que habían pasado José y María en Belén para poder tener a Jesús, parecía que todo había vuelto a la calma tras la visita de los pastores y los Reyes Magos, tal como les conté en las lecciones pasadas.
Pero lamentablemente, no era así, pues los Magos habían ido a ver previamente a Herodes, el cual, si no hubiera sido por ellos, ni se hubiera enterado de la existencia de Jesús.
Herodes, celoso de su poder, tuvo miedo de que este niño recién nacido pudiera ser un rival para él y que reclamara el trono, por eso decide que lo mejor es quitárselo de encima matándolo.
El problema, es que ni sabía donde estaba Jesús ni cuánto tiempo hacía que había nacido, por lo tanto considera que lo mejor es matar a todos los niños que hubieran nacido en Belén y sus alrededores desde dos años para atrás, o sea que esta matanza iba a incluir si o si al Hijo de Dios.
El hecho de que Jesús naciera en la más completa pobreza y en el anonimato más absoluto era debido al plan de Dios, ya que de esta forma sus enemigos no lo detectarían rápidamente ni tampoco acabarían con él ni siquiera antes de nacer.
Y ahora, por supuesto que Dios Padre intervino de nuevo para evitar lo que quería hacer Herodes con su hijo.
Para ello envió a un ángel para que alertara a José, el cual huye con María y Jesús hacia Egipto, y el viaje resultó exitoso ya que cuando los soldados de Herodes llegaron a Belén, ellos ya no estaban.
De toda esta historia podemos aprender que no hay nada mejor que confiar siempre en Dios y hacer lo que desea ya que siempre es bueno para nosotros.
Posiblemente otra mujer hubiera protestado de tener que volver a hacer otro viaje dificultoso, encima con un niño muy pequeño, y hasta es posible que se hubiera enojado con Dios, pero María no es soberbia creyéndose una elegida a la cual nada malo le puede suceder, sino que acepta, aunque sea confundida, los planes de Dios.
Hay que tener en claro que aceptar los planes de Dios no quiere decir comprenderlos, ya que la mayoría de las veces no los comprendemos, sobre todo en el momento en que los estamos viviendo.
Aceptar los planes de Dios quiere decir que me fío en Él, o sea que aunque a mí no me guste, no protesto, porque sé que Dios sabe más que yo y seguro que esto que no me gusta ahora va a ser muy bueno para mí en el futuro.
Se puede usar este ejemplo para que se entienda mejor la idea: unos padres se tienen que mudar a otra provincia y por lo tanto ya no pueden llevar a su hijo a la escuela de siempre.
Para ese niño esta situación va a ser muy triste ya que no va a poder ver más a sus amigos, pero luego en el nuevo colegio hace nuevos amigos que terminan queriéndolo y respetándolo mucho más que los anteriores.
Y como si fuera poco, en esa nueva provincia, unos años más adelante conoce al amor de su vida que estará junto a él hasta su último suspiro
Confiar en Dios nos da paz, además de fuerza para no rendirse y para poder aceptar los contratiempos de la vida, incluidas las cosas que no entendemos y que nos la terminan complicando
Pedirle a la Virgen María que nos de la misma fuerza y paz que tuvo ella para aceptar tantos percances y dolores como tuvo durante toda su vida, y que no perdamos nunca la confianza plena en los planes de Dios
Hoy es
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