¿CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS A EVANGELIZAR? En la lección anterior comencé a explicar las cuatro formas con las que se puede ayudar a Jesús. La primera era ay...
La Eucaristía no es ni algo, ni una idea, ni un símbolo, ni una cosa, sino que muy al contrario: es alguien, es una persona, la persona misma de Jesús.
Jesús se hace presente en el Sacramento de la Eucaristía de forma real como persona viva.
La Eucaristía, por ejemplo, no tiene nada que ver con el agua del bautismo, ya que el agua que nos comunica la gracia de Dios, nos limpia del pecado original, nos hace miembros de la Iglesia e hijos adoptivos de Dios, no es Cristo, sino que simplemente es agua común y corriente que tiene un valor sagrado por estar bendecida pero que nunca deja de ser otra cosa más que agua.
En cambio, en la Eucaristía, el pan y el vino consagrados no son pan y vino benditos sino que son el mismo Cristo, es decir, antes eran una cosa, una materia, como lo es el agua del bautismo, pero en la consagración el pan y el vino no son materia bendecida, sino que son el mismo Cristo.
O sea, siguiendo con el ejemplo del agua del bautismo, antes de bendecirla era agua y después de bendecirla sigue siendo la misma cosa, agua.
En cambio, el pan y el vino, antes de la consagración era pan y vino, pero luego terminan siendo alguien, no una cosa, terminan siendo el mismo Cristo.
El agua del bautismo y la eucaristía nos trasmiten la gracia, pero en la Eucaristía es el propio Cristo quien entra en nosotros para darnos esa gracia.
La Eucaristía es Jesús, allí está Él realmente, y estar con Jesús es lo que con más fuerza debe desear un católico. Por eso este sacramento es algo único.
Al agua del bautismo la respetamos por ser sagrada, como de igual modo lo hacemos con el aceite del óleo de los enfermos, pero ninguno de ellos son Jesús.
Es difícil de comprender cómo es esto posible, pero así es porque lo dijo el mismo Jesús en la Última Cena, y sabemos que para Dios nada es imposible, tal como se lo dijo el ángel a la Virgen María en la Encarnación:
"Para Dios no hay nada imposible".
(Lucas 1:37)
Obviamente, para Dios no puede ser mucho más difícil que su Hijo se haga presente en un pedazo de pan si hizo que se encarnara en el cuerpo de una mujer sin intervención de un hombre, sin contar la creación de todo lo que existe, incluidos los humanos.
Si pudo llevar a cabo la Encarnación, la transustanciación (este es el modo correcto con el que se denomina la transformación del pan y el vino en el cuerpo de Cristo), debe ser algo más que sencillo para Dios.
Si te es difícil comprenderlo o aceptarlo, dile al mismo Jesús que te de fe y que te ayude.
Verás que de a poco vas a poder ver con los ojos del alma y del corazón a Jesús en la hostia
Hoy es :
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Todas las lecciones de "Catequesis para niños católicos" están fielmente basadas en autores reconocidos por la Iglesia Católica Apostólica Romana.
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Creado por Cintia el 16 de Marzo 2018
Rediseñado 31/10/22